lunes, 17 de diciembre de 2018

Cuaderno XXVIII

1126

Detenerlo todo, incluso el devenir. He ahí la aspiración de todo el que se siente poeta.

1127

Equiparar la belleza de un cuerpo con la de otro es  tan descortés y descabellado como comparar una rosa con un soneto. La belleza de un cuerpo, de la rosa o del soneto es un objeto aislado, único e irreductible. Objetos que sólo podrían encontrarse para rivalizar en la escala de la tristeza.


1128

¿Amantes de la libertad? Sólo veo cortesanos de la disciplina. 

1129

El vacío sólo se llena de olvido. El olvido: con cuerpos.

1130

Hundirnos en la nada es un privilegio humano. El resto de los animales del planeta están condenados a huir de ella.

1131

Vivimos de las limosnas de la eternidad.

1132

Después de cada amargura el mundo parece un lugar acogedor.

1133

Mientras se está escribiendo un poema no se cree en nada ni se piensa en nada que no sea la acción del poema. Acción que hace exterior a la propia experiencia de escribir. Sólo hay espacio para la afirmación que no precisa credo, ni forma, ni autor.

1134

La aventura de una idea es infinita hasta que ésta entra en contacto con las palabras que le corresponden. A partir de ahí la idea se petrifica. Esta muerte no supone el final de la idea sino su otro modo de estar e intervenir el mundo.

1135

Hoy en día autoprocalamarse nadie es sentirse con derechos sobre la nada. 

1136

Decidido a actualizar la biblioteca. Esto significa que a la adquisición de nuevos libros —los que en verdad  necesitaría para mi proyecto creativo— sigue el desecho de otros  leídos o postergados. Estos últimos dos años me va costando menos desprenderme de viejos títulos. Leyendo se llega a comprender que este oficio está subordinando a nuestras reflexiones y que poco tiene que ver con un apetito de sabiduría externa: lo que leemos sin ambición intelectual propia no nos deja nada y nos roba en cambio el tiempo de pensar. Lo que digo va a escandalizar a los que propagan el amor ubérrimo a la lectura como si ésta se tratase de una deidad. La lectura que importa es aquella que procede de la reflexión propia: de ahí que no esté supeditada a los libros. Se puede leer el cine, la música, los grandes acontecimientos del mundo y también más vulgares, o se puede leer la nada.

***
Uno de mis primeros trabajos en la administración pública fue, precisamente, como promotor de lectura y por un principio empírico entendí que el asunto no es enseñar a leer ni infundir el manido amor a la lectura –ese ejercicio mecánico—sino en todo momento el objetivo era enseñar a pensar, para decirlo con Robinson. Reivindicar la responsabilidad de pensar por uno mismo, como lo propone también Shopenhauer.  J.A. Calzadilla Arreaza, nuestro tutor de aquel programa Leer es entender, repetía esa frase que hoy en mí se ha vuelto experiencia cotidiana: "lo que no se siente no interesa". Su estrategia era por medio del texto ajeno llegar al texto propio. El pensamiento que es un estadio del sentir, no es otra cosa que el ejercicio de la soledad y la diferencia: nuestro único patrimonio. 


1137

La poesía ocupa el inmenso terreno de lo inexplicable. 

1138

¿Qué produjo la razón humana? ¿El diálogo entre los hombres o el silencio contumaz de la naturaleza sobre el cual, más por intolerancia que por afición, hemos puesto nuestras mejores dudas?

1139

Gobernar tu muerte, anarquizar tu vida.

1140

El nombre: la palabra que no se supera, que no ofrece un después sino la hondura del tiempo del decir que es el mismo —y único— tiempo de desaparecer. Esa es toda la apuesta del poeta. Dar con el nombre exacto de eso que siendo un afecto es también vacío. 

1141

La poesía es la única expresión humana capaz de detenerlo todo en su movimiento. Ese destello de eternidad es todo lo que me interesa y me basta para persistir.

1142

"Hay que echar para adelante". No hay un lugar común que deteste más. No por su tono condenado sino porque en él se oculta la promesa boba de un más allá: de un progreso. La valentía de vivir no se mide en un hipócrita seguir hacia sino en un descarnado estarse en

1143

La vida parece consistir en una búsqueda de un lugar dónde elevarse sobre sí. La levedad: el vuelo, ha sido la propaganda de quienes se acobardan frente a la dictadura de la gravedad, al gobierno de la tierra. Yo busco, procuro, lo contrario. Un lugar donde mi peso sea irrevocable, una tierra para anclarme, un cuerpo suficiente para pesar y derrumbarme.

1144

El aforismo ha de surgir natural: como esas verdades que  se dan en préstamo por un segundo. No nos pertenecen y esa gracia compensa su carácter efímero y su matera intrascendente.

1145

Tal como se nos manifiestan los deseos carecen de forma y de objeto. Ponerles metas es una forma de acotarlos y de nombrar nuestros inalcanzables fracasos. 

1146 

Empequeñecida como parece estar la modernidad nos confina a una obra instantánea que sólo podría escribirse de cara a la memoria.  De ahí que cada vez más sintamos más cerca a los clásicos que a los escritores del ahora

1147 

Los poetas de esta época han podido adaptarse al régimen de legibilidad imperante: el periodismo y la impostura de la anécdota . ¿Cuántos resistirán aún desde las cosas sencillas y por eso extraordinarias?

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