miércoles, 28 de diciembre de 2016

Cuadernos XXIV

1071

Buscando la pureza de la lengua en su origen olvidado, en las palabras en desuso, el poeta encuentra en sus profundidades rastros de una lengua extranjera. De allí que en cada verso se realice también un combate gramatical que a veces distrae del verdadero conflicto: ninguna lengua nos es propia.

1072

Escribir es darle cuerpo a las cualidades sin materia. 

1073

Dar sentido. La expresión deja en evidencia que el sentido no existe. Queda claro el oficio del poeta y la vitalidad de la poesía. Su doble atributo (inútil  y necesario) lo ubica en los márgenes de toda promesa.

1074

El conocimiento del No-decir o, mejor aún, de lo indecible, es todo el aporte del poema a la experiencia humana. De allí que deba leerse desde la fisura, desde la falla, desde el borde del ser.

1075

El poema es la escritura de la potencia y no del poder. Esto es reconocer su naturaleza múltiple.

1076

La historia de la humanidad está escrita con objetos, no con palabras. Son ellos la memoria que buscamos dentro.

1077

¿El verbo de la poesía?
-Estar. 
Y a partir de ese verbo el poeta usa todos cuantos crea  necesarios para sobrevivir.

1078

La poesía siempre está en el extremo de la lengua: hay que buscarla en el origen o en el instante previo a su final.

1079

Vencerse a sí mismo. Después de Nietzsche esto no es ninguna proeza, sin embargo, cuesta. Escasamente aceptamos confrontarnos al espejo.

1080

Para escribir un poema triste la tristeza no alcanza: es ágrafa -¿quién o lo sabe?-
El poema triste necesita palabras y las palabras siempre están de fiesta. Por ello, Neruda amenaza con escribir los versos aquéllos y no lo hace: fue el primero en averiguar que ni la tristeza ni las palabras ayudan.
- En tales condiciones escribir un poema triste requiere, fundamentalmente, un lector que ame la tristeza y se ponga de su lado. Para leer con tristeza un poema no basta saber leer, ni estar triste, 

miércoles, 31 de agosto de 2016

Cuaderno XXIII

1064
Reabro el D.H. para reafirmar que un escritor no es alguien que es sino alguien que escribe siendo.


1065

He vuelto a escribir poemas. Y digo volver consciente de que al poema se va siempre por primera vez. Aún no tiene  título esta nueva inscripción repentina. Sólo espero de ella me de la medida del vocablo. ¿Es un viaje a la experiencia poética? Espero que sea un salto al vacío. Acá un adelanto:


Deshacer


Consumado ya

le ofreciste un nombre
un número
un movimiento

y nada quiso

se había realizado
solo,

como la quietud,

como la noche

Esa virtud sin materia
a la que también
le diste cuerpo

tomó de ti lo fundante:
el extravío
el abandono
la fisura

Te esperaba

se había
percatado
de tu ir sin origen
de tu caminar
sin promesa.



(septiembre, 2016)

1067

Del poema no queremos las palabras sino el umbral que presentimos en ellas. Del poema admiramos manera de estar abierto en el mundo y ser, no obstante, infranqueable.

1068
¿Poeta modernos? ¿En qué sentido? Quien ama la poesía cede a lo antiguo pues ella es nuestro origen y rara vez nuestra vanguardia. Poetas de lo nuevo y de la aventura, ¡virad!

1069

Escribir es cometer un error que sólo se corrige escribiendo

1070

¿La verdad absoluta de todo poema? Todo, incuso el poema, es interpretación

1071

Buscando la pureza de la lengua en su origen olvidado, en las palabras en desuso, el poeta encuentra en sus profundidades rastros de una lengua extranjera. De allí que en cada verso se realice también un combate gramatical que a veces distrae del verdadero conflicto: ninguna lengua nos es propia.

miércoles, 20 de abril de 2016

Cuaderno XXII

1055

Consideremos que el poema se ha agotado en su forma:ahora es un objeto en el mundo. Leamos sin melancolía la breve historia de su entusiasmo

1056

Volver al poema como se vuelve a las cosas. Sin sobresaltos infantiles. Volver a esa planicie sin relieves y aprender de su indiferencia.

1057

Sólo el poema entiende el mundo fuera de sí y no en sí mismo. Su innegable virtud está en librarlo de toda sustancia sin disolverlo.

1057

La página blanca dicta: no se puede escribir a partir de nada, retrocede. El autor lo sabe. Escribe sobre la experiencia de esa imposibilidad.

1058

-X: Quien escribe un poema está del lado del instante. Quien lo lee -digo bien, quien sostiene       fielmente el poema- se inscribe en la eternidad.
-Y: La eternidad del poema es, ya lo sabe el lector, una breve interrupción del tiempo.

1059

En el pensamiento poético no existe la contradicción radical. Nada más la chispa del choque de los opuestos. Nada más el furor de lo inconciliable. Con ese brillo y ese ruido el poema piensa el mundo.

1060

La poesía opera sobre la razón obnubilada. Su naturaleza es por tanto conflictiva como violento es su acaecer. El poema resulta al final de esa turbación: primero  aclara en el lenguaje y luego en los sentidos. Este proceso se reincida con la lectura. Experimentar estas polaridades que nos llevan de la poesía al poema nos obliga a tomar partido: se es víctima o autor.

1061

El poema nace de sí, por tanto carece de pasado. Su punto de partida es su punto de llegada, por eso decimos que el instante en que el poema se trabaja es su porvenir.

1062

Al contrario que el poeta el filósofo hace del enigma una evidencia. Su oficio es puro: vigila y custodia el devenir de la impuntual Idea.

1063
Toda realidad necesita un rostro. El artista no hace otra cosa que ensayar su máscara, su nombre y su medida. Forma, palabra y número.

Cuaderno XXXI

                              Apuntes sobre el Haiku     *** Cuando no tengas nada que decir, escribe un haiku.    ***   ¿De qué hablamos en...