miércoles, 10 de febrero de 2010

Cuadernos (VI)

490.

«Hágase luz, hágase tierra...», con esta palabra pretendimos
ser rivales de la Nada. Pero siempre está el silencio que, por
inagotable, se ofrece como la última tentación.


491.




Un hombre dolido siempre habla en nombre de la
humanidad. Es como si en ese instante de desdicha, aún en el
más ridículo de los martirios domésticos; se nos revelara un
destino «superior»... Es tanto como si un poder supremo nos
diera de súbito la palabra. Ah la herida siempre importa más
que el cuerpo. Todo Mesías es un resentido.


492.

Y con esta misma palabra aspiramos a organizar la existencia.
También en esto fracasamos. Si algo logramos fue la
desorientación absoluta: nos volvimos fanáticos de tu
abstracción. Sólo aquéllos que pudieron callar, los
ensimismados, guardan una esperanza de poder.


493.

El verbo es nuestra ceguera. Nuestra manera de vivir a
tientas.


494.

Fui parte de esa tierra cimera. No teníamos otro orgullo que
la niebla, débil pero invicta cualidad de trascender el polvo y
sobreponernos de nuestra residencia.


495.

Provengo de un pueblo de iconoclastas. Cuando llueve, por
ejemplo, todos nos ponemos de pie.


496.

Todas las palabras que se emplean en un poema son
circunstanciales; son las que no son, las que estaban a la
mano. Sin embargo, ellas son los únicos testigo de eso que
dolorosamente se está haciendo.


497.

Todo paraíso deshabitado es un adefesio. Quédate en tu
cuerpo, sin melancolía.


498.

El tiempo dura lo que dura un pensamiento. Dentro del
poema las palabras están al margen del instante y las ideas.


499.

Cuando se trata de escritores podemos decir que la única
huella de su fugaz pasó por la tierra se encuentra en su obra
¿Qué otro elemento da fe de su real existencia sino las
palabras que ha hecho suyas? Palabras que en su condición
son afecto y por lo tanto no simple ruido y humo como
quería Fausto


500.

Espejo es todo lo que vuelve imagen un cuerpo.


501.

De vuelta al espejo y fue como descender hasta el oscuro
lindero donde se juntan la consciencia y el cuerpo.


502.

Dormir es saltar atrás... un salto que nos reitera en la preexistencia.


503.

Belleza! Estarás donde te nombren y serás como te nombren.
No más que eso... no menos.
Tendrás la dimensión de un soplo de aire... Condenada a
repetirte siempre como el pan cuando se muerde.


504.

Mirar lo que en «cierta medida» es bello, aferrarse a esos
contornos ( no del todo conclusos) hasta convertir en una
«imagen» lo observado. Sólo lo que busca realizarse es
susceptible a la escritura.


505.

Conque eso es la primavera. Sólo pude verla en la hoja del
árbol. La naciente hoja que tenía la edad del árbol y de la
primavera juntos.


506.

Se puede cambiar de Ideas, pero no se puede cambiar de
tono.


507.

Murió un titiritero... ¡Oh ternura te pedimos venganza!


508.

Sólo lo inacabado merece ser descrito.


509.

La poesía es eterna e inagotable. El poema es un acto de
creación que ordena en un instante lo que no tiene principio
ni fin.


510.

Lo que me conmueve del paisaje es su indiferencia.


511.

ANIMALES SUPERIORES
-El hombre requiere una vida para conocer lo básico de la
existencia.
El resto de los animales nacen sabiendo todo lo que necesitan
de ella.


512.

En el camino de la justicia todos se vuelven jueces, ninguno
justo.

Cuaderno XXXI

                              Apuntes sobre el Haiku     *** Cuando no tengas nada que decir, escribe un haiku.    ***   ¿De qué hablamos en...